Silvia Majul, la memoria en su pluma
Este relato de Silvia Majul está sacado de las redes. Ella es mi amiga y vamos y venimos en las promesas de encontrarnos. Hasta aquí, la leo, la espero, la sigo y me gusta esta manera de conocernos y averiguarnos sobre nuestros andares.
Una mezcla de aventura y disciplina marca el paso de su andar por el periodismo. Ha entrevistado a tantos artistas argentinos y los nó, que la lista sería un ataque a la paciencia para saberlos. El asunto es que Silvia es una apasionada de su tarea y le mete el cuerpo a la realidad con esperanzas, críticas, perdones y nostalgias.
Es una profesional que no se la cree, porque la militancia es su fuerte en este devenir del país y sus contradicciones, y ahí está su fortaleza. Cuando se entere que este relato está publicado en layapaweb, me dirá algo seguramente, no sé, pero si se que seguirá en Unquillo (Córdoba) batiendo el día como el mejor manjar para devorarlo en un segundo.
"Total que le importa a naide Lo que yo vaya pensando En las dichas que he vivido O en la pena que me aguanto.."
Hace 30 años, por estas horas de la madrugada Don Ata ya era viento. Al decir de Galeano “En la vida fueron tres: la guitarra, el caballo y él. O cuatro, contando el viento”. Muchas veces, en estos 3 décadas trabajando cerquita de la Fundación Atahualpa Yupanqui, o solo como admiradora de sus misterios; misterios de la vida que lo desvelaban (apaga tarde tu lámpara) o lo madrugaban (porque es cuando el hombre no empezó a sufrir), he recibido múltiples comentarios que hoy se me dieron ganas de contestar.
-“Cada vez que venís de la Fundación, venís con olor a naftalina” fue el primera ironía que recibí de una colega por mis viajes semanales a Cerro Colorado en el 92 y 93 llevando artistas y gente para armar tertulias, cantar sus canciones y leer sus textos. Ahora le contestaría no sabes la juventud que tenía su biblioteca con libros de Walt Whitman, Romildo Risso, sobre la naturaleza y esos saberes que pocos cantores se interesan; además de pinturas de Piccasso, cartas al Che o Neruda.
-“¡Basta de homenajes, lo van a gastar!” Me dijo hace 20 años un periodista. Siempre me inquietó que los niñes que nacieron hace 20 años no tuvieran acceso un libro suyo, y no solo a los vinilos. Por suerte Divididos sacó “La era de la boludez” e incluyó “El Arriero” y ahí si una amiga -que jamás lo había escuchado- se interesó por ese hombre que llevaba tatuada en mi piel.
Los tiempos Don Ata, en estas redes, son escasos, sepa disculpar; pero no me quiero ir sin los últimos comentarios que recibí estos últimos años “Yupanqui es machista”. Si Atahualpa hubiese sido machista no hubiese nombrado a Suma Paz como su heredera y le hubiese transmitido generosamente conocimientos que ella misma me contaba. Y en cuanto a Nenette ella misma también dijo “El país todavía no está preparado para que una mujer los haga bailar y cantar” y vaya si tenía razón “ni el folklore” querída Nenette.
Me olvidaba que María Elina Azcurra que grabó en 1936 dos temas de Yupanqui , una mujer a la que Don Ata ayudó a llegar a ese simple Y por último, si leyeron “Cerro Bayo” y ven con que dulzura trata Don Ata la historia de amor de Ismaco y Senda.
Yéndome de lo autorreferencial que tanto molestaría a Don Ata. Recuerdo que decía que hay gente se mira hacia adentro y bosteza, y otros se aplauden ( y no quiero que piense que me aplaudo, lejos de eso; creo que lloro), y por favor basta periodistas intelectuales de dividir entre poetas de culto y poetas del pueblo, el mismo Borges leyó “Cerro Bayo” y dijo: Si un libro comienza de esta manera, no hay divisiones; es literatura y punto “En el filo de las cumbres se ha degollado la tarde. Las sombras van devorando los detalles, pero sobre la línea de los lejanos cerros se dibujan aún las claridades”
Tu quieres saber por qué somos salieries de Yupanqui? Para las nuevas generaciones, para la gente que aún no tuvo la posibilidad de emocionarse con una actuación de Yupanqui en el cine, o leer sus casi 10 libros, y sobre todo, porque somos "galopiadores contra el viento" y ahí está la verdad.
"Tú quieres saber por qué Escúchalo bien, escúchalo bien: Al corazón sólo dentra la pura verdad ¡Que al corazón solo dentra la pura verdad!"
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