Nunca adiós a un grande!

Ica Novo, el animal de galaxias. *Por Rayén Guerrero Dewey

A los 70 años, murió Ica Novo, músico y compositor cordobés, hacedor de huellas de cuanto camino fuera posible o imposible, hincha de Independiente, o como él se nombraba: “soy sólo un músico escribidor de canciones, poemas, relatos y comentarios varios, mal dibujante aficionado, estudioso y cultor de las artes populares y las buenas tradiciones (a las otras hay que cambiarlas y/o abandonarlas)”.

Autor de la chacarera “Del norte cordobés”, quizá la más grabada del cancionero popular argentino, dato que él mismo llevaba con orgullo, no por ego sino por justicia, decía, la que siempre proclamó desde su trinchera de papel y dignidad.

Esta madrugada su hermana menor, María Elena Novo, daba la noticia en las redes sociales evocando la cuna que lo llevó a la música y al peronismo, dos banderas que jamás abandonó y a las que le puso un matiz genuino y trascendental: “Siempre orgullosa de vos, jamás transaste para ganar dos mangos más”.

Había en Ica Novo una responsabilidad mandante, no de principios vacíos, sino como un motor de acción, de pasos seguros y firmes donde todo es efímero y relativo. “Las palabras pueden crear o destruir mundos, climas, situaciones, es importante tratarlas con respeto y amor”, decía en uno de los últimos mensajes que intercambiamos.

Ica Novo, músico argentino

Así iba, aferrado a las palabras con la certeza de su profunda materialidad. Como un albañil, dejó en ellas una vasta obra que se yergue en la cultura popular argentina, para una Latinoamérica rota, pero de cielos abiertos: “América toda va marcando su ritmo/ América toda va abriendo caminos/ Tierra de selvas, cóndores y quenas/ ríos eternos y cielo infinito. /Dame la luz que hay en tu sol antiguo./ Dame la fe que moverá los Andes./ La voluntad de ir juntos adelante indios y negros, latinos y gringos. /Yo ya no quiero que haya más fronteras, /quiero ser un animal de galaxias,/ porque en mi pecho laten chacareras sin querer.”

El amigo de mis amigos

Nacido en Deán Funes el 4 de julio de 1951, Ricardo Luis Novo, Ica, fue un autentico hacedor cultural de alto vuelo. Convencido que la música tiene un territorio, pero carece de límites, habló sobre su pago en diferentes dimensiones, con orgullo decía: “Vengo de una tierra donde la chacarera es el lenguaje”.

En Córdoba formó el grupo folklórico "Los del Llano", creó la fusión de rock y fokl "Plataforma 1”, fue director del Conservatorio de Música Popular durante 1993 y 1994, y tallerista de Folclore en Radio Nacional Córdoba.

Vivió en España once años, donde se convirtió en un referente importante de espacios culturales. Junto al Chango Farías Gómez y otros exquisitos músicos formó Mescla Fina, con quienes grabó los discos "Cuando el hombre va en camino" y "El Cafetín Musiquero".

En 1992, fue Consagración de Cosquín. A lo largo de su carrera, compartió escenario y canciones con Mercedes Sosa, Peteco Carabajal, Rubén Juárez, León Gieco, Lito Vitale, Liliana Herrero, Raúl Carnota, Leda Valladares, Roque Narvaja, JacintoPiedra, Liliana Vitale, Suna Rocha, Verónica Condomí, entre tantos y tantas otras artistas.

Irreverente, lúcido, tenaz, noble, generoso Ica Novo estaba para todos con su palabra, a la que no corría ni un centímetro de las convicciones que llevaba a cuesta, junto a las tristezas y las luces que encontró el andar que él eligió.

“Gracias Ica Novo, mi hermano, por todos los viajes que hemos hecho juntos”, lo despedía esta mañana Peteco Carabajal, con quienes dieron vida a Huella de Lluvia, Movimiento del Amor, Ckayna Cunan, Voy Andando, Al gaucho Jorge Cafrune, Coplas de los marginados, y a Los Indios de Ahora, esta suerte de himno que explica la argentinidad del interior profundo, que evoca el origen y el andar de los pueblos.

“Ica fue el auténtico hippie. No con Osde, pero con SADAIC. Un creador en todo momento. Las ideas más revolucionarias se le ocurrían a él. Y nosotros hemos sido sus Salieris”, recordó la productora Isabel Noriega, junto a quien compartió largos años de amistad y hermandad. “Por ahí, ustedes eran chiquitos y no saben que la idea de las peñas bailables fue suya. Y nosotros , sus escuchas, lo hicimos, porque él se distraía pensando algo distinto. Durante años desconoció eso llamado reloj. Voy para allá, decía, y caía una semana después. Y en el camino se le ocurrían cosas imposibles. Con los años se organizó y pudo disfrutarlo. Nuestras charlas siempre fueron un caldero de ideas. Ha sido un grande. Es una pérdida tremenda”, agregó.

Desde esta hora común que es la muerte, al que todos y todas avanzamos de manera inclaudicable, toca despedir a Ica Novo, el amigo de mis amigos, el animal de galaxias. Nos deja una obra que debemos redescubrir, a la que precisamos darle voz. Nos deja también aquello que sólo conquistan los queridos y necesarios, los que no se creen más que nadie, los justos: el terrible e inevitable sinsabor de que empezamos a quedarnos más solos en esta cara de la vida.

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