Mercedes Benz, la última canción

Hace 50 años, Janis Joplin ya había muerto, y se editó para su venta el disco “Pearl”. Esa obra incluyó una canción cantada a capella por la más extraordinaria cantante que tuvo el rock del siglo XX.

Es una canción con nombre de capitalismo a ultranza: Mercedes Benz. Significa, no obstante, toda la ironía, la rebeldía, el sarcasmo tal vez vano, pero sustancial, de una época de canciones subversivas. Una canción que se incorporó al disco como un homenaje a la mujer muerta a sus 27 años, atiborrada de alcohol y drogas.

Fue la última canción grabada por Janis Joplin. La había escrito en agosto de aquel año 1970. Estaba con su amigo Bob Neuwirth y una ronda de amigos actores y actrices. Janis tenía dando vueltas en su cabeza una frase: “Come on, God, and buy me a Mercedes Benz”. Vaya a saber por qué, la ocasión hizo que una frase se conectara con otra. Janis la empezó a recitar y le pidió a Bob que anotara en una servilleta. Y ese mismo día, el 1 de octubre, entró al estudio de grabación y la cantó.

Esa toma, sin instrumentos, de una sentada, es la que podemos escuchar hoy, en este 2021. Es una canción desgarradora y a la vez sublime. Janis Joplin cantaba con las tripas en la mano. Y no decía, generalmente, estupideces.

Ese legado de medio siglo tiene toda la vigencia. En medio de la peste, Dios nos sigue comprando Mercedes Benz como premio a nuestros pedidos. Pedimos lo insustancial, lo que brilla y no llena. Lo que, al final, queda convertido en chatarra oxidada.

Janis Joplin tal vez lo sabía. Y en ese día de copas y risas, le surgió un pedazo de espíritu en medio de la banalidad hueca de los billetes de dólar, y nos cantó, para siempre y sin óxido, una canción sin más instrumento que su garganta y su vientre magnífico.

Rubén Boggi #janisjoplin #mercedesbenz #layapaweb #musicaescultura #rubenboggi