Amigos de la lectura
En los últimos días dos escritores argentinos fallecieron víctimas directas e indirectas de esta terrorífica pandemia: Juan Forn y Horacio González. Los dos también crearon un camino indispensable en el mundo editorial.
Reconocido autor de libros de ficción como “Nadar de noche” o “María Domecq”, Juan Forn fue fundador en el año 1996 del Suplemento Radar de Página 12 https://www.pagina12.com.ar/suplementos/radar; imprescindible guía cultural que dirigió hasta el año 2002.
Pero fue abandonando la escritura de ficción para concentrarse en las contratapas que el último día laboral de la semana escribía en el diario fundado por Jorge Lanata y que la editorial Emecé editó en 4 tomos: “Los viernes”. De esas columnas me gusta releer las que reseñan la vida de editores, imprenteros y tipógrafos.
Un libro publicado por la editorial cordobesa Documenta/Escénicas muestra en primera persona esta transformación en columnista y da en el clavo con el título: “Cómo me hice viernes”.
Cuentan los homenajes aparecidos en la web en estos días que Forn empezó a trabajar como cadete en la editorial Emecé en el año 1981 y pasó por todas las áreas del organigrama; diez años después, en editorial Planeta creó el Departamento de Prensa y las colecciones Espejo de la Argentina y Biblioteca del sur, donde aparecieron los primeros títulos de escritores como Rodrigo Fresán, Martín Caparrós, Marcelo Figueras o Mariana Enriquez, quién recordó recientemente el impulso que tuvo en Juan para editar su primer libro “Bajar es lo peor”.
Su último golpe como editor fue la publicación de “Las malas” de Camila Sosa Villada en la colección Rara Avis de Tusquets.
Queda para los bibliófilos o literófobos la búsqueda de la plaqueta de poemas fornianos editada hace 40 años en Rosario.
La figura de Horacio González recorrió otros caminos. Fue motor fundador de la revista “El ojo mocho” (1991-2008), indispensable publicación periódica para las ciencias sociales e irónico contrapunto de “Punto de vista” la revista que por esos años dirigía Beatriz Sarlo. Escribió más de 50 libros, de múltiples temáticas, como una “Historia conjetural del periodismo”, “El arte de viajar en taxi. Aguafuertes pasajeras” o “Lengua del ultraje. De la Generación del ’37 a David Viñas”.
Fue director de la Biblioteca Nacional entre los años 2005 y 2015 y se retiró de ella en la previa a la elección presidencial de ese año porque sabía que ningún ganador iba a considerar sus ideas para el reservorio de publicaciones más importante de Argentina.
En una charla en el aire de la FM 103.7, el director de la Editorial de la Universidad Nacional de Villa María, Carlos Gazzera, recordó una de las ideas impulsadas por González: la creación de la máquina expendedora de libros, que vende libros en miniatura a partir de la colocación de un cospel. https://www.lanacion.com.ar/opinion/porlaslibrerias-apeadero-witold-gombrowicz-la-tienda-de-libros-de-la-biblioteca-nacional-nid2078084/
En la BN creó el Museo del Libro y de la Lengua y, en los últimos tiempos, previo paso por la sede argentina del Fondo de Cultura Económica, dirigía su sello editorial. Allí se volvió a editar la revista La Biblioteca, fundada por Paul Groussac en 1896 y luego recuperada por Jorge Luis Borges. Su espíritu crítico se refleja también en otras colecciones como Los raros, Jorge Alvarez o Obras de León Rozitchner. https://bn.gov.ar/micrositios/libros
Cabe recordar que durante su gestión los libros y revistas editados por la BN se recibieron en donación en la Universidad Nacional del Comahue.
Su espíritu aventurero se puede ver reflejado en la película “El artista” donde comparte geriátrico con León Ferrari, Rodolfo Fogwill y Alberto Laiseca, bajo los cuidados de Sergio Pángaro.
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