La delantera argentina que le metió 4 goles a las inglesas en el Estadio Azteca
Quince años antes de la Mano de Dios y del Gol de Siglo de Maradona a Inglaterra en el Mundial de México ‘86, Elba Selva se lució en la Copa del Mundo de Fútbol Femenino.
*Por Pablo Montanaro
Elba Selva tenía 26 años cuando en agosto de 1971 llegó a México junto a sus compañeras de la selección argentina para disputar el Mundial de Fútbol Femenino en ese país. Tenía un año más que Diego Maradona cuando en 1986 el 10 se consagró campeón del mundo en aquella final contra Alemania. Quince años antes de que Diego marcara esos dos goles históricos (La Mano de Dios y el Gol del Siglo) a Inglaterra, Elba hizo delirar a las más de 100 mil personas que colmaron el Estadio Azteca con sus cuatro tantos con que la selección argentina venció a las inglesas por 4 a 1.
“Tengo que tomar mucha sopa para jugar como Maradona”, dice entre risas esta mujer que cumplió 78 años el 14 de enero y vive en General Rodríguez, provincia de Buenos Aires, cuando se la compara con el futbolista que murió en noviembre de 2020.
Elba integró aquella selección compuesta por 17 jugadoras amateur que se conocían entre sí que disputaron el primer mundial de fútbol femenino, que la FIFA nunca reconoció, y que ganó Dinamarca al vencer en la final a las locales por 3 a 0.
“Fuimos con una mano atrás y otra adelante”, resume sobre las condiciones con las que llegaron a disputar el torneo. Viajaron sin director técnico, ni camisetas, la ropa deportiva se las regaló la Unión Tranviarios Automotor (UTA), ni sponsor para solventar los gastos. Tuvieron que arreglárselas cantando tangos en los bares del Distrito Federal para juntar dinero o vendiendo fotos del seleccionado autografiadas.
“Nosotras estábamos acostumbradas a jugar con zapatillas Flecha y cuando nos dieron los botines tuvimos que salir a caminar con ellos antes de jugar para adaptarnos. Parecía que estaba jugando en tacos altos”, confiesa la mujer que jugaba de delantera.
Advierte que ese equipo “no era una selección porque no eran jugadoras elegidas de todo el país. Éramos las que salíamos a jugar a las provincias”.
Desde muy chica conoció el mundo del fútbol a través de su padre que la llevaba a la cancha y le enseñaba las reglas del juego. Su papá era zurdo y fue quien le enseñó a patear en Villa Lugano, el barrio donde Elba nació. A su mamá no le gustaba que su hija jugara a la pelota por eso la mandó a básquet. Pero Elba se iba con los vecinos varones a los potreros a darle a la de cuero. En la escuela sus compañeras la dejaban de lado porque jugaba con los varones. “Yo sólo quería jugar igual que ellos porque me encantaba y me encanta jugar, no me importó lo que me dijeran, a mí me gustaba”.
Elba recuerda que un día estaba jugando al básquet y erró un tiro. De la bronca pateó la pelota con un zurdazo fuerte que pegó contra la pared lo que provocó el asombro de una compañera, que se le acercó y la invitó a jugar al fútbol en un equipo de mujeres. Se trataba de Eva Lembesis, quien un tiempo después sería su compañera en la selección argentina en el Mundial de México. Eva era la número 8 de ese equipo.
Comenta que estuvo a punto de no viajar a México porque no quería dejar a su hijo de 2 años y a su marido Raúl, que era empleado en una fábrica de alambres. “Después de entrenar volví a casa triste porque estaban organizando el viaje. Mi marido me preguntó qué me pasaba y le conté que no iba a viajar porque no quería dejarlos por un mes y medio. Me dijo: ‘Tenés que ir, yo con mi sueldo nunca voy a poder pagarte un viaje así’. Y se hizo cargo de nuestro hijo”.
Cuando Elba conoció a Raúl, ella le confesó que “tenía un defecto”. “Mirá que yo juego al fútbol, no sé si vas a querer estar conmigo”, le dijo a Raúl.
El plantel argentino estaba conformado por Ofelia Feito, María Ponce, Susana Lopreito, María Fiorelli, Marta Soler, Angélica Cardozo, Zunilda Troncoso, María Cáceres, Virginia Andrada, Betty García, Blanca Brucoli, Elba Selva, Eva Lembesis, Virginia Catáneo, Zulma Gómez y Teresa Suárez.
Fueron seis los seleccionados que jugaron aquella Copa del Mundo entre el 15 de agosto y el 5 de septiembre de 1971. En el debut, Argentina perdió 3 a 1 contra México con gol de Angélica Cardozo; se repuso contra Inglaterra a quien venció 4 a 1, siendo el primer triunfo de una selección argentina ante un combinado ingles en una Copa del Mundo. Las mujeres lo habían logrado. El dueño del hotel donde se alojaba el equipo les regaló un día entero de excursipón en Cuernavaca como regalo por semejante triunfo. En el tercer partido cayeron contra Dinamarca por 5 a 0. El partido por el tercer puesto también fue derrota, 4 a 0.
A pesar de los más de cincuenta años que pasaron, Elba todavía siente los gritos de los mexicanos alentando a las argentinas aquel 21 de agosto. Y sobre todo, los cuatro goles, en especial el primero que rememora: “Recibo la pelota, gambeteo a dos inglesas y se la paso a Gloria ‘Betty’ García y corro hasta cerca del arco; Gloria me la devuelve, gambeteo a la arquera inglesa y la cruzo al otro costado del arco. Fue emocionante cuando vi la tribuna gritando ¡Ar-gen-ti-na!”. Confiesa que la gambeta era lo que la destacaba.
Elba quedó como la segunda goleadora de ese certamen.
Elba recordó que mientras se jugaba el Mundial, las futbolistas argentinas buscaban la forma de ganar algo de dinero. La arquera Marta Soler trabajó en un restaurante cercano al hotel, cantando tangos, boleros y canciones melódicas; otras vendían fotos autografiadas del equipo por las calles de Distrito Federal a quienes se acercaban a saludarlas.
El mundial de las mujeres pasó desapercibido para la prensa argentina y solamente el diario Clarín en la Argentina le dio un pequeño espacio. El periodista Luis Sciutto, que firmaba sus notas con el seudónimo Diego Lucero, tituló su nota de esta manera: “El fútbol no es para chuchis”. En el artículo se podía leer: “Las ves moverse con esa torpeza insuperable (…) Esto solo es cosa para varones de pelo en pecho y galladura fuerte”. La nota concluía con: “90 mil tabloneros van al Azteca a hacerse el plato con ellas. Salute pibas de la pelota”.
Luego del mundial, regresaron a la Argentina como se habían ido, nadie las recibió ni reconocieron su entrega. Elba continúo trabajando como ayudante de servicio en un sanatorio de la ciudad de Buenos Aires y practicando deportes. Pero no volvió a jugar al fútbol, salvo en alguna ocasión.
Los goles de Elba como la actuación de esas jugadoras que pasaron varios de los momentos más felices de sus vidas dentro de una cancha, recibieron el reconocimiento que les fue negado por más de cuarenta años, porque abrieron el camino del fútbol de mujeres que crece día a día.
Recién en diciembre de 2020 se promulgó la ley nacional 27.596 que instauró al 21 de agosto como Día de la Futbolista Argentina en homenaje a la gran goleadora quien marcó cuatro tantos ante Inglaterra y a sus compañeras Las Pioneras como se las conoció tardíamente.
“Nosotras la pasábamos mal, ahora todo es diferente y eso me hace sentir muy satisfecha, saber que sirvió todo ese sacrificio que hicimos”. Esas mujeres pudieron la pelota bajo el pie e hicieron historia.
Pablo Montanaro #deportesescultura #pablomontanaro #elbaselva #layapaweb
Comments