Cuando la crítica no la ve
A veces la crítica especializada es incapaz de ver con claridad que es lo que se presenta frente a sus ojos, por más que la manifestación sea clara y bien nítida. Por lo general, cuando esto sucede, la primera reacción es difamar, bajar el precio, criticar despiadadamente o ser cínicos. No es una victimización de la producción artística como algo sagrado en pos de la demonización del periodismo de crítica especializada en arte. Es estadística. Revisen cualquier época y verán que muchas obras (grandes, medianas, pequeñas) que han tratado de adelantarse un poco a su época y proponer algo, casi siempre fueron vitupereadas.
Hace 34 años Edie Brickell and New Bohemians editaban su segundo disco de estudio.
Tras el suceso de crítica y ventas del debutante "Disparándole banditas elásticas al cielo", la Brickell y sus chicos deciden ir por este "Fantasma de un perro", ponemos ambos títulos en español solo para denotar que el tono poético de la cantautora siempre pasó por mezclar lo inocente con lo melancólico y desde allí arrancar sentimientos y reflexiones adultas que completen el circuito virtuoso de la obra.
En este segundo disco no solo logran ese cometido, sino que lo refuerzan y lo vitalizan con la producción del maestro Tony Berg (que produjo y sacó oro puro desde la consola en discos de propuestas tan disímiles como los Muppets, Peter Gabriel, Aimee Mann, Public Image Limited y el Horror Show Picture), quien sí entendió qué proponía Edie y qué tenía ganas de tocar su banda.
Los que no entendieron una mierda fueron los críticos especializados, que salieron a matarla a coro. Lean algunas de sus pretenciosas reseñas.
Dennis Hunt de Los Angeles Times decía:
«Brickell y la banda Bohemians hacen un trabajo razonable de reciclaje de los elementos calmantes del pop-folk de los años 60, pero sus propias opiniones son tan infantiles y sus imágenes tan a menudo inútiles que es difícil desarrollar algún sentimiento por ellas».
Uno que ni siquiera firmó para el semanario Entertainment Weekly escribió:
«Brickell puede escribir líricamente sobre la diferencia entre el deseo de independencia romántica y el deseo en sí mismo. Pero justo cuando empieza a mostrar algo de agallas, se desvía hacia cancioncillas sonrientes como «Oak Cliff Bra», canciones tan empalagosas que te hacen preguntarte si Brickell se sometió a una lobotomía entre las canciones»
Chris Willman del Chicago Tribune escribió:
«la capacidad de Brickell para escribir sabiamente sobre las cosas malas del romance con una marcada falta de ira hacia el sexo opuesto la hace única y, para los románticos posmodernos, entrañable»
Ninguno de estos tipejos son recordados al día de hoy. Sin embargo si vos vas hasta el álbum de Edie y los bohemios, lo pinchas desde arriba y lo escuchás todo, tenés una personal, bellísima y melancólica muestra del espíritu de época que vendría durante toda la década entrante. Desde la canción folk-rock la Brickell venía a decir cosas que hoy sabemos... ¡han sucedido!
¡Salud y feliz cumpleaños al fantasma de este perro poderoso!
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